Enero, buen mes para el carbonero.

Introducción

Amplio es el refranero con su dichos sobre el mes de enero. Este 2024 queremos rendir homenaje a uno de los oficios tradicionales que más influencia ha tenido sobre el paisaje de la Península Ibérica: el carboneo, que transforma la leña extraída del monte en carbón vegetal, combustible antaño muy utilizado tanto para aprovechamientos domésticos así como combustible industrial.

Esta dura profesión ha ido desapareciendo paulatinamente debido al éxodo de los pueblos a las ciudades así como a la industrialización del medio rural. El carbonero (también llamado fabriquero) dormía en el monte durante las largas campañas de trabajo, que podían prolongarse desde finales de verano hasta bien avanzado el invierno. Tal sacrificio conlleva este oficio, que el carbonero debía estar constantemente vigilando la combustión.

El proceso de elaboración del carbón vegetal consta de las siguientes fases:

Proceso de elaboración

1.- Corta de leña

El primer paso en el proceso de elaboración del carbón vegetal es la corta de leña (Figura 1), generalmente de encina o roble.

Figura 1.- Leña recién cortada. Imagen obtenida de https://www.google.es/

2.- Traslado y clasificación de la leña

Tras la corta de la leña, es necesario el traslado del material (Figura 2) al lugar donde se va a construir la carbonera. A continuación, la leña se corta en un tamaño apropiado y se apilan los troncos y las ramas, siendo clasificados en función de su grosor.

Figura 2.- Traslado de leña con la ayuda de mulas. Imagen obtenida de https://www.google.es/

3.- Montaje de la carbonera

Una carbonera (Figura 3) es una construcción artesanal compuesta de troncos de leña que han sido apilados de forma cónica y cubiertos por una capa de tierra.

El primer paso consiste en la colocación de dos troncos gruesos verticalmente en el centro. Éstos constituirán la chimenea (caño o tiro) de la carbonera, un elemento esencial de ésta que nos permitirá prevenir y/o abordar cualquier problema que presente la combustión.  Estos troncos serán rodeados por otros troncos de menor grosor formando una estructura cónica. Una vez fijada la estructura principal se rellenan los huecos existentes entre los troncos con ramas finas y hojas con el objetivo de aislar el interior de la carbonera. A continuación, se recubre la estructura central con una capa de tierra  -de unos 20 cm- que permitirá conservar la combustión de la leña evitando la entrada de oxígeno al interior.  Finalmente, el carbonero realiza las boqueras, orificios en la base de la carbonera que permitirán la respiración durante la combustión, también se construirá una escalera con elementos de madera facilitando el acceso a la chimenea.

Figura 3.- Carbonera tradicional. Imagen obtenida de https://www.google.es/

4.- Encendido y cebado de la carbonera

Antes de proceder al encendido de la carbonera, el fabriquero ha de tener brasas incandescentes preparadas. Accediendo al punto más alto de la construcción a través de las escaleras, el carbonero introduce las brasas a través de la chimenea iniciando así la combustión base-vértice.

Durante la primera semana tras el inicio de la combustión y con una periodicidad de 3 veces al día, el carbonero añade leña hasta alcanzar una temperatura cercana a los 400ºC. Tras esta primera semana, se mantendrá el caño destapado durante varias horas al día, lo que permitirá comprobar si la combustión se está produciendo de manera adecuada, o si por defecto, es necesario añadir más leña. Con un trozo de hierba colocada hacia abajo, se tapa la boca de la chimenea y las boqueras. Es probable que durante la combustión sea necesario añadir más leña a la carbonera. En dicho caso, se añadirán leños de grosor medio, introduciendo el holgunero. Este proceso conocido como cebado se suele realizar unas cuatro o cinco veces a lo largo de la combustión, En este proceso, es habitual que, desde lo alto de carbonera, se golpée con una maza con el objetivo de que la leña siga compactada.

5.- Extracción del carbón

A medida que transcurren los días de combustión, la altura de la carbonera va disminuyendo, viendo su tamaño reducido a menos de la mitad de la construcción original. Un síntoma de buena combustión, y de la transformación de la leña en carbón, es la caída de la carbonera hacia uno de los lados, generalmente hacia el que se abren las boqueras.

Una vez se considera que el proceso ha terminado, se procederá a la extracción del carbón. Es aconsejable realizar esta tarea a primera hora de la mañana con unas condiciones ambientales suaves, debido a las altas temperaturas a las que sale el calor. El día anterior, con el tirazo y el rastro se comienzan las labores de limpieza, retirando la tierra compacta y triturada, se extiende de nuevo sobre la carbonera. A continuación, con el rastro se separa la tierra del carbón que se va alejando de la carbonera dejándolo extendido con el fin de enfriarlo.  Finalmente, obtendremos en torno a un 20% de carbón, con respecto a la cantidad original de leña.

El carboneo es un aprovechamiento histórico de los recursos naturales que ofrece el monte. Su impacto sobre el paisaje de la Península Ibérica llegó a ser inmenso en algunas zonas, dejando vastas extensiones de terreno sin apenas cobertura arbórea. Sin embargo, los recursos que nos ofrece el medio natural pueden ser explotados de manera racional y con un adecuado marco legislativo sin que se traduzca en un impacto negativo en el medio. El cambio es una constante en la vida, siempre presente.

Desde el CEA El Águila queremos que esta entrada sirva de recuerdo de una labor ancestral, en peligro crítico de extinción, pero principalmente que actúe como un pequeño homenaje a todos los carboneros y carboneras que con su labor contribuyeron a calentar los braseros de muchos hogares.

Deja un comentario